Las emociones en tres años.

Una de las principales preocupaciones de los padres hoy en día es la educación de sus hijos,
pero en muchas ocasiones se olvidan de un aspecto imprescindible para el óptimo desarrollo
del niño, la educación emocional.
Dar educación emocional  a un niño, es enseñarle a enfrentarse a los problemas que se
presentan a la largo de su vida de una manera adecuada. Lo que va a tener beneficios no sólo
en la infancia sino también en la edad adulta, adquiriendo herramientas imprescindibles para
vivir en sociedad.
La inteligencia emocional consiste en disponer de habilidades que nos sirven tanto para
reconocer nuestras emociones como las de los demás y gestionarlas adecuadamente.
Enseñar a los niños a reconocer y gestionar emociones, les permite incrementa la percepción
de control sobre aquellos que les ocurre, lo que es fundamental para un adecuado desarrollo
de su autoestima y autoconcepto. El compartir las emociones con los demás es fundamental
para el desarrollo social de nuestros hijos.
Para un niño el tener amigos es hacerle sentir parte de un grupo, recibir apoyo en los
momentos que lo necesita, compartir experiencias, intereses, todo esto a su vez le ayuda a
construir una adecuada imagen de sí mismo.
La manera más adecuada y divertida de educar en emociones a un niño,  es a través del
juego,  que les permite ir incorporando recursos adecuados que luego generaliza en su vida
cotidiana.